Algunas de las mejores ciudades de Marruecos

Marruecos es un país mágico, enriquecedor donde los haya, un pais, que quizá sin quererlo, ha viajado enormemente y que te saluda en todos los idiomas habidos y por haber. Un pais al que admirar y del que aprender. Un país que te hace reflexionar sobre tu pasado, tu presente y tu futuro.

DESIERTO; ERG CHEBBI

La autenticidad en estado puro. ¿Alguna vez se ha imaginado en un lugar donde no llega el ruido, donde no se oye el sonido al que tan habituados estamos? simplemente silencio. ¿Alguna vez se ha imaginado un lugar donde la paisaje es tan inmenso que no se alcanza el fin? ¿alguna vez ha visto tantas estrellas y tan cerca que le parece estar flotando en el mismo espacio? palabras que describan su inmesidad ni las sensaciones que aporta. porque no hay lugar que te haga sentir tanto y te haga perder el aliento.

ESSAOURIA

Essaouira es una ciudad situada en la costa atlántica de Marruecos. Es una ciudad de pescadores, con una gran tradición y un largo pasado. Ciudad de pescadores y artistas, despierta en ti emociones escondidas. La brisa del océano, el alboroto del puerto, el sonido de las gaviotas, callejuelas inspiradoras que ofrecen arte para todos tus sentidos, pinturas, artesanía, el olor a piel de los bolsos, monederos, también incienso y especias…

La ciudad se alza enmurallada des del océano, sus cañones apuntando allá donde se confunde el  azul del cielo y el agua del mar. Ciudad de soñadores, ciudad de pescadores… Su aura invita a relajarse, su olor invita a disfrutar. Disfrutar de los tesoros del mar que se cuecen en las parrillas de los diversos restaurantes del puerto. Directos del mar al plato de los caminantes que, atraídos por su olor, se sientan a disfrutar de estos placeres.

Essaouira es ciudad conocida también por el surf, el kitesurf y el windsurf, bañada por el atlántico, el viento sopla fuerte y hace de sus playas un goce para practicar estos deportes.

La historia de la ciudad se remonta a los fenicios, quienes la descubrieron en el siglo VII antes de cristo. Posteriormente fue conquistada por los romanos y durante la edad media fueron los portugueses quienes la bautizaron como Mogador. Fue en 1765 cuando el sultán de la dinastía Alaouita Sidi Mohamed Ben Abdel-lah construyó la ciudad tal y como la conocemos hoy en día.

Su medina fue declarada en 2001 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y pasear por sus callejuelas implica un viaje a través de los sentidos, un choque de sensaciones, un viaje en el tiempo y con tiempo. ¿Te atreves?

MARRAKECH

Ciudad de contrastes, exótica Marrakech. Situada en el centro de Marruecos y antigua capital del país, Marrakech fue visitada por diversos pueblos que han dejado su huella dando paso a una ciudad llena de sorpresas, la llamada Perla del Sur. Los Almorávides trajeron el agua mediante un sistema de pozos, los Almohades construyeron el fascinante Koutubia, los Merínidos, los Saadianos que dejaron a su paso las tumbas saadianas y finalmente la dinastía Alauita que creó los jardines de la Menara. Pulida por la historia, Marrakech ofrece la grandeza de la experiencia y la hospitalidad más sincera de sus gentes.

La Perla del Sur te llama a pasear, a perderte por sus callejuelas, a caminar por la medina, disfrutando de la infinidad de ofertas que cautivan a los transeúntes e invitan a observar, regalos, detalles, todo tipo de objetos, todo tipo de comerciantes, todo tipo de productos, herreros, carpinteros, vendedores de especias… Perderse por el zoco es una experiencia única! Por otro lado Marrakech también muestra su parte más occidental, la nueva Marrakech, con restaurantes, bares de copas, centros comerciales, población actual y cosmopolita.

El atardecer en la ciudad ofrece una exhibición de esplendor. El sol, gran protagonista del espectáculo, dirige la función mientras los colores del cielo se fusionan con los edificios en tonos rojizos y da paso a una nueva aventura, la de pasear por la plaza Djemaa el fna al anochecer. La plaza se ofrece imponente en el centro de la medina, la gran atracción de la ciudad y una de las plazas más concurridas del mundo. Como despertarse en el pais de las maravillas, la plaza te sorprende con las mil y una historias de las noches de Marrakech. Historias de misteriosas videntes que predicen el futuro, el sonido de los tambores bajo la luz de la luna, historias de animales traídos de diversos lugares de áfrica, encantadores de serpientes, juegos, danza, puestos de comida… Djemaa el fna te brinda experiencias que solo puedes vivir en allí. Inexplicable, sólo tú puedes descubrirla.

CASABLANCA

Los contrastes caracterizan a Marruecos, Casablanca, su corazón económico, es una ciudad cosmopolita y un reflejo de estos contrastes. Gran urbe, similar a las ciudades más occidentales es muestra de la evolución económica del país. Puro dinamismo, quizá no tan exótica como el resto de ciudades marroquíes pero un cofre de sorpresas. Ciudad en la que el arte está muy presente y comparte su ubicación con la indústria marroquí. Casablanca es la mirada al futuro del país y la muestra de su riqueza. El dinamismo de esta gran urbe se integra con el gran símbolo de esta ciudad, la mezquita de Hassan II. La mezquita se impone frente al océano y se funde con los colores del mar. Imponente, una de las mezquitas más grandes del mundo. Obra maestra digna de admiración, este edificio religioso sólo podrá asombrarte. La belleza de sus mosaicos, el tallaje de la madera, sus dibujos y sus colores asombrarán al viajero. Se abren sus puertas a los no-musulmanes y se organizan visitas guiadas salvo los viernes y días de oración.

FEZ

En un lugar privilegiado de Marruecos, entre la costa y el desierto, se impone una de las ciudades más fascinantes del país. Lugar que no deja indiferente a nadie, ciudad imperial por excelencia, la grande Fez, invita a visitantes y lugareños a perderse por las callejuelas que conforman su medina. Ajetreo constante, laberinto de sorpresas, regalos, olores, colores, sensaciones y emociones, Fez no dejará de asombrarte.

Su medina declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO, te absorbe entre sus palacios, madrazazas, tiendas, restaurantes y zocos. Ciudad que atrapa tus sentidos, no sabrás donde mirar, te confundirán sus mil y un olores, sus infinitos colores y sus gentes.

Es por ello que la ciudad se considera un museo al aire, un museo vivo, cambiante. La ciudad verde, porque verde es el color del islam y Fez la capital espiritual de Marruecos, AUTENTICIDAD

OUARZAZATE

Ouarzazate significa en bereber “sin ruido”. Situada en el Sud de Marruecos, Ouarzazate se encuentra en las puertas del desierto del Sáhara. Antiguamente Ouarzazate era un punto de travesía de caravanas de comerciantes africanos que se dirigían hacia el norte de Marruecos y Europa.

Mucho más tranquila que otras ciudades del país, Ouarzazate hace honor a su nombre. De paisajes de película, la ciudad se erige entre los Valles del Draa, del Dades y del Ziz. Su particular encanto, su mezcla entre el verde de las palmares y el ocre sus Kasbahs que se difuminan y enlazan con el paisaje, ha hecho de Ouarzazate el escenario de diversas películas y el enclave de unos estudios cinematográficos. El espejismo a las puertas del desierto, el oasis de las mil palmeras, déjate enamorar.

CHEFCHAOUEN, LA CIUDAD AZUL

Chefchaouen, o Chaouen en su forma abreviada, es una pequeña ciudad de interior situada en el norte del país, cerca de Tetuán. Fue fundada en el siglo XV aprovechando una pequeña población beréber, y su medina está formada por un conjunto de callejuelas y casitas pintadas de azul y blanco que se amontonan en la ladera del valle. Chefchaouen es la ciudad más bonita de la cordillera del Rif y mantiene aún su forma de vida de antaño, sus tradiciones y su aire de pueblo tranquilo. Aquí viven muchos ciudadanos ghomara, una antigua etnia cuya vestimenta, especialmente entre las mujeres, los hace inconfundibles: faldas a rayas y sombreros de paja con pompones de lana.

La ciudad está ciudad en un enclave perfecto para la práctica de senderismo. Entre montañas y paisajes de ensueño.

Un paseo por Chefchaouen desde su plaza principal, Outa-el-Hamman, pasando por la Mezquita Tarik-Ben-Ziad y la antigua alcazaba, es un verdadero viaje en el tiempo. Se respira tranquilidad en la ciudad azul, en la que los paseos por el centro parecen trasladarte a un cuento de hadas, visita que te asombrará y atrapará, Chefchaouen es una ciudad inolvidable.

JADIDA, LA NUEVA

Jadida, o El-Yadida, que significa «La Nueva» en lengua amazig, es una ciudad atlántica situada a100km al sur de Casablanca donde vivenunas 145.000 personas. Fue fundada en 1513 por Portugal. En el siglo XVIII el sultán Mohammed III la retomó y le cambió el nombre, la amplió y mandó construir una gran mezquita cuyo alminar sirvió durante siglos como faro.

Además de la ciudadela portuguesa (declarada Patrimonio de la Humanidadpor la UNESCO),de la medinaárabe, de su playa impecable y de su animado puerto pesquero, Jadida conserva otro tesoro: la Cisterna Portuguesa, un gigantesco aljibe medieval que sirvió de set para el rodaje del Otelo de Orson Welles.

MEKNES, LA CIUDAD DE LOS CIEN ALMINARES

Al pie del Atlas Medio se encuentra Meknes, una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos (las otras tres son Fez, Marrakech y Rabat), que se convirtió en capital del sultanato alauí en 1675. Sus orígenes se remontan al siglo II a.C., cuando toda la región pasó a formar parte del imperio romano. Siglos después, una tribu beréber conocida como «Meknassa» se asentó en una antigua fortaleza militar, semilla de la ciudad actual, y la población empezó a crecer. Mekness fue declarada Patrimonio mundial de la UNESCO.

De su época dorada como capital del imperio destacan los imponentes 40 km de muralla,su cantidad demezquitas (de ahí el sobrenombre de los cien alminares), el mausoleo del sultán Mulay Ismail y laspuertas de Bab El Mansour (atención: ¡la más grande de todo África del Norte!), de Bab Berdain y de Bab El-Jemis.

RABAT, LA CAPITAL

Situada en la costa atlántica, la capital de Marruecos cuenta con 1.630.000 habitantes y es la segunda ciudad más poblada del país, después de Casablanca. Fue fundada en el siglo XII por los almohades como kasbah (fortaleza militar), aunque anteriormente había sido, por orden, un núcleo fenicio, parte del imperio romano y un asentamiento beréber.

La capital de Marruecos, lugar de residencia del Rey, es también la ciudad de los negocios, de los festivales internacionales y de muchas facultades. De su pasado almohade conserva algunos de los edificios más emblemáticosde la ciudad, como la Torre Hassandel siglo XII y el Mausoleo de Mohamed V-Hassan IIo la propia kasbah, también del siglo XII, y de su presente surgen los movimientos sociales y económicos que marcarán el futuro del país.

TÁNGER, LA CIUDAD DE LOS ARTISTAS

Situada en el estrecho de Gibraltar, Tánger es una ciudad marinera abierta al Atlántico y al Mediterráneo donde vive casi un millón de habitantes. Con un pasado multiculturalcomo capital del Imperio alauita y como enclavehistórico de comunidades musulmanas, judías y cristianas, Tánger fue la ciudad que enamoró al pintor Delacroix y a otros artistas posteriores, desde Matisse hasta Jack Kerouac pasando por los Rolling Stones.

Su antigua medina es la culpable de la atracción que ha ejercido sobre tantos viajeros: adentrarse en ella por alguna de las puertas imperiales, llegar hasta el llamado Pequeño Zoco o hasta la Gran Mezquita, y mimetizarse con los tangerinos que toman el té en la calle y juegan al backgammon, supone una experiencia difícil de olvidar.

TAROUDANT, LA PEQUEÑA MARRAKECH

Esta ciudad de interior situada en el valle del río Sus, rodeada de montañas, el Gran Atlas al Norte y Este y el Anti-Atlas al Sur, Taroudant mantiene todavía el carácter de oasis fortificado, de pueblo surgido de la nada: y es que Taroudant, al sur del país y con unos 65.000 habitantes en la actualidad, empezó siendo una pequeña ciudad-mercado donde las caravanasen ruta desde el mar hasta el Sáhara hacían parada. En el siglo XVI, la ciudad se convirtió en capital del sultanato saadí, y de esa época es su Gran Mezquita y su imponente muralla. Precisamente a su muralla debe el apodo de «la Pequeña Marrakech», ya que es muy parecida a la dela Ciudad Roja, pero en menor tamaño.

Taroudant tiene no uno, sino dos animadísimos zocos: en ellos hay puestos de artesanía y de fruta, vendedores de oro, de especias, de cuchillos y de babuchas y un buen número de gallinas, ovejas y gatos. Todos ellos aparecen cada mañana y se esfuman, como por arte de magia, cada anochecer.

TETUÁN, LA BLANCA PALOMA

La ciudad de Tetuán, situada a 40 km de Ceuta, se encuentra cerca de la costa y ligeramente elevadasobre el nivel del mar, y en ella viven unas 350.000 personas. Tetuán refleja su pasado andalusí, cuando los musulmanes expulsados de España durante el siglo XVI construyeron en ella las casitas blancas que hoy le dan el sobrenombre de«Blanca Paloma».

En su antigua medina, que está considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se desarrolla cada día la misma función: desde hace siglos, artesanos y vendedores ofrecen sus mercancías mientras los ancianos toman té en la calle y los aguadores dan de beber.

Un truco para no perderse:mirar al suelo. Si hay tres baldosas, es una calle principal, si hay dos, es una callecon salida, y si no hay ninguna… hay que seguir andando.

MERZOUGA, LA PUERTA DEL DESIERTO

Merzouga es un pueblo del sursituado a unos 20 km de la frontera con Argelia y también es la puerta de entrada al Gran Desierto: por esa razón, y por la belleza del entorno, es un lugar muy visitado por los viajeros que quieren ver y sentir el Sáhara.

Aunque parezca increíble, en Merzouga abunda el agua: a pocos minutos caminando desde el pueblo se llega al famoso lago de Ayet Srji, una reserva de agua dulce donde suelen verse flamencos y otras aves, y que contrasta con la aridez del paisaje que lo rodea. Y es que a muy poca distancia empiezan lasdunas de Erg Chebbi, las más grandes de Marruecos, donde las caravanas de dromedarios dibujan postales de otras épocas y la puesta de sol parece producto de los efectos especiales de una película.

En los alrededores de Merzouga, por cierto, vive una gran cantidad de animales, como lagartos, erizos y zorros del desierto.

RISSANI, EN LA RUTA HACIA TOMBUCTÚ

La pequeña ciudad de Rissani, capital de la región del Tafilalet, es un palmeral a los pies del Sáhara y el lugar de nacimiento de la dinastía alauí, en el siglo XVII, a la que pertenece el actual rey de Marruecos.

Durante siglos, esta ciudad de 21.000 habitantes fue la última parada en suelo marroquí de las caravanas de dromedarios que se dirigían hacia Tombuctú y, como la cercana Mezourga, es hoy un lugar excepcional para los viajeros que quieren conocer el desierto.

De Rissani se conservan los restos de la antigua ciudad beréber de Sijilmassa, que se hizo rica gracias a la ruta comercial hacia el reino de Malí.

DADES, LA RUTA DE LOS MIL KASBAH

El valle de Dades está situado en el Alto Atlas y se extiende entre las ciudades de Ouarzazate y de Tinghir. Es famoso por la belleza de su paisaje -que es verde y frondoso junto al río pero se vuelve árido en alejarse de él-, y por su espectacular garganta. Salpicando todo el valle hay pequeñas comunidades rurales y restos de las antiguas fortificaciones que los beréberes construyeron para defenderse, y que dan a este valle el sobrenombre «de los mil kasbah».

La ruta en coche permite descubrir la gran variedad de paisajes (cimas nevadas y valles de rocas, bosques, palmerales y barrancos), y el estilo de vida tradicional de estas gentes de montaña, que nos recibirán con una hospitalidad que no es de este tiempo.

ATLAS MEDIO, LA SUIZA MARROQUÍ

El Atlas medio es una cordillera de unos 350 km que se extiende entre el Rif y el Alto Atlas, más o menos en paralelo a la costa, y cuya belleza recuerda a los paisajes alpinos. Aquí, los viajeros se encuentran con bosques, lagos, casitas a dos aguas y una estación de esquí, justo lo contrario al Marruecos de las dunas y los dromedarios que suelen conocer.

En el Atlas Medio se encuentra el lago más famoso de Marruecos, el Aoua Dait, rodeado de bosques, y el gran Parque Nacional de Ifrane, un paraíso para los excursionistas y los amantes de la naturaleza de montaña. En el parque viven una gran cantidad de animales, entre los que destacan las aves, miles de mariposas y el mono de Berbería, un primate de época prehistórica y en peligro de extinción.

ALTO ATLAS, EL CÁUCASO AFRICANO

La subcordillera del Alto Atlas es el conjunto montañoso más alto de Marruecos y de todo el norte de África, y cuenta con cimas permanentemente nevadas. Su paisaje recuerda a las típicas imágenes de los Alpes o el Cáucaso, y su cima más alta, el monte Toubkal (4.167 m de altura), puede verse en días claros desde la cercana Marrakech, que está a tan solo 60 km. La ascensión al monte Toubkal es asequible para cualquier persona en buena forma, eso sí, con un guía experimentado.

Este monte da nombre al inmenso Parque Nacional del Toubkal, un lugar perfecto para el turismo de montaña, y al que acuden alpinistas y biólogos de todo el mundo. Aquí habitan animales tan raros como el arrauí (un carnero originario de esta zona) o la culebra de Schokar, y también nutrias, centenares de aves, chacales, felinos salvajes…

ZAGORA, LA VIDA EN EL DESIERTO

La ciudad de Zagora está al sureste de Marruecos, cerca de la frontera con Argelia, y tradicionalmente ha sido lugar de paso de las caravanas que se dirigían hacia el corazón de África: así lo recuerdan los numerosos carteles que indican que estamos a 52 jornadas de Tombuctú (a camello, claro). La actual ciudad se fundó en época colonial francesa como centro administrativo, pero la zona está poblada desde hace siglos y fue próspera gracias a las caravanas de sal, esclavos y oro que pasaban por ella.

En Zagora, la aridez del paisaje y del clima contrastan con la alegría de sus gentes, con la belleza de su arquitectura tradicional y con su deliciosa cocina. De la ciudad son increíbles el zoco y el barrio judío, y también los ksar -pequeños pueblos fortificados-, de los alrededores. Desde aquí parten las rutas hacia Mhmid, punto de partida de las salidas hacia las dunas de erg Chigaga, a unos 50 km. Las salidas en 4 x 4 o en dromedario permiten intuir al viajero la vida en el desierto.